Muchas veces me preguntan cuál es el secreto para que mi mujer y yo llevemos más de 25 años juntos. También me preguntan que cómo hago para que mis hijos, en plena adolescencia, prefieran irse un fin de semana conmigo que salir con los amigos de fiesta o simplemente quedarse detrás de una pantalla de teléfono móvil. Supongo que no habrá fórmula mágica, pero sí ingredientes que puedan hacer que todo salga mejor. Y creo que una de ellas es compartir tiempo, sin duda, el bien más preciado que tenemos y que no sabemos aprovechar hasta que lo perdemos.
Por eso, os quiero contar que lo que yo hago con mi familia es organizar muchas salidas rurales. Yo soy un apasionado del turismo rural del de verdad. No ese de que visitas un pueblo y luego te marchas a comer o dormir a la ciudad porque se está mejor. A mí me encanta irme a las zonas más despobladas de España, y en Castilla y León tenemos muchas, para conocer mucho más de sus habitantes, de sus costumbres y de su pasado. Y es allí donde compartimos tiempo toda la familia. Si os apetece os cuento nuestra última salida rural, que hemos tenido en la provincia de Burgos. Sin duda, una escapada preciosa y de las que merece la pena.
La verdad es que esta salida burgalesa era algo que llevábamos tiempo queriendo hacer. En concreto un fin de semana rural en la zona de Ibeas de Juarros, en Burgos. ¿Por qué allí? Pues porque me habían hablado muy bien desde hace tiempo, ya que tengo un compañero de trabajo que era de esa zona. Pues bien, por fin, llegó el momento y decidimos ir a disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad que ofrecía esa zona. Y la verdad es que lo encontramos.
El viernes salimos de su casa temprano y llegamos a una casa rural que habíamos alquilado. La casa estaba en medio de un frondoso bosque, rodeada de montañas y con unas vistas espectaculares. La verdad es que la Casa Rural Camino Blanco cuenta con todo para pasar un fin de semana increíble en familia, ya que tiene todo tipo de actividades. Una casa rural moderna en Burgos donde puedes disfrutar de tu familia, tus amigos, de la gastronomía, la tranquilidad y la calma. Estaba a solo tres minutos a pie del centro urbano.
Además, la casa rural dispone de piscina, barbacoas, cunas, tronas y wifi, por lo que mis hijos también tuvieron su momento Internet.
Nos instalamos y aprovechamos el resto del día para hacer una caminata por los alrededores, donde pudieron disfrutar de la belleza natural del lugar. A mí siempre me gusta la primera noche cenar algo rápido, tipo pizza o nachos con guacamole, junto a unas cervezas y refrescos para contarnos nuestras batallas. Es el momento que aprovecho para estar a tope con mis hijos y para que puedan salir esas cosas que nunca nos contamos.
Sábado de rutas
El sábado, nos levantamos temprano y fuimos a visitar el Monasterio de San Juan de Ortega, una joya arquitectónica que se encontraba a pocos kilómetros de la casa rural. Después de la visita, fuimos al Cañón del río Lobos, donde hicimos una excursión a pie para explorar el paisaje impresionante que el cañón ofrecía. La verdad es que es algo digno de ver.
Por la tarde, siempre es un momento para pasarlo bien y disfrutar de las comodidades de la casa rural. Preparamos una comida de 10, y lo hicimos con productos locales que habíamos comprado en un mercado de proximidad. Pasamos el resto del día jugando a los típicos juegos de mesa, como el Uno, Quién es Quién o el famoso Trivial, y contemplando las vistas desde el jardín. La verdad es que es el día que más me gusta y donde más nos acercamos entre la familia.
Domingo de bicicleta
El domingo, decidimos hacer una ruta en bicicleta por los pueblos cercanos para conocer la vida rural de la zona. Visitamos pequeños pueblos con encanto, donde pudimos interactuar con los lugareños y conocer sus tradiciones. Y es que es algo que me encanta y que sirve para conocer un poco más de dónde venimos.
Después de un fin de semana lleno de actividades y en contacto con la naturaleza, regresamos a casa con la sensación de haber vivido una experiencia única y enriquecedora. Estábamos felices de haber disfrutado de un fin de semana rural en la zona de Ibeas de Juarros y de haber conocido la belleza natural y la riqueza cultural de ese lugar.