Hay una ciudad en el mundo que es más especial que el resto, que todos tenemos en mente cuando hablamos de turismo, aunque no se encuentre en nuestro país. Y es una ciudad que mucha gente se atreve a calificar como la más bella del mundo, algo que, a mí, personalmente, me parece más que obvio. Hablo de Venecia, un lugar especial en el mundo y que se ha ganado el corazón de millones y millones de personas, con independencia de cuál sea su procedencia, su idioma, su religión o su raza. Hay pocas maravillas en este mundo, por no decir ninguna, que superen a Venecia en cuanto a belleza.
¿Por qué hablo de Venecia en esta web? La verdad es que se trata de un lugar especial para mí por la historia que os voy a contar. Hace un par de años, poco después del final de las restricciones por la pandemia, pensé en pedirle matrimonio a la que hasta entonces era mi novia. Llevábamos mucho tiempo siendo novios, unos seis o siete años. Nos tocó vivir el confinamiento separados y la verdad es que yo sentía que eso no se podía volver a repetir, que teníamos que empezar un proyecto común mucho más serio y eso pasaba, desde mi punto de vista, por constituirnos como un matrimonio.
Ya sabéis cómo son estas cosas: por mucho que sepamos cuál va a ser la respuesta de la persona a la que le vamos a pedir matrimonio, siempre hay nervios. Todos y todas queremos que eso salga bien y necesitamos organizar el día en el que lo vamos a pedir para que salga perfecto. Desde luego, no cabe la menor duda de que pretender eso genera nervios por mucho que tengamos toda la confianza del mundo con la otra persona. Es uno de los momentos más importantes de nuestra vida y sentimos que no podemos fallar en algo de tanta relevancia, en algo que vamos a recordar a lo largo de toda nuestra vida.
Lo que yo pensé, como seguro que ya habréis podido entrever, fue organizar un viaje conjunto con mi hasta entonces novia a Venecia. Ella no sabía lo que yo había preparado en la bella ciudad italiana, por supuesto, pero la verdad es que los dos sabíamos que se trataba de un viaje de lo más especial y que teníamos que conseguir que fuera memorable. Y eso era lo que yo estaba tratando, siempre en la sombra. Tenía pensado pedirle matrimonio en la ciudad y hacer que ese momento fuera el mejor de su vida. Y también el mío.
Estaba convencido de que lo iba a conseguir. Venecia está considerada como la ciudad más bella del mundo según el portal web de Cc Magazine y la verdad es que no es para menos. Solo hay que ver algunas de las fotos que aparecen en el artículo que os acabamos de enlazar para comprobar por qué. Y es que estamos hablando de una belleza que es espectacular y que provoca que cada año haya millones de personas en todo el mundo que desean ir a verla, aunque sea solo una vez en la vida.
Pero claro, hay que pensar en los pormenores de una pedida de matrimonio en una ciudad como Venecia, porque es lógico que nos asalten las dudas si tenemos en cuenta la cantidad de sitios bonitos que hay repartidos por toda la ciudad. Empecé a sondear las distintas opciones que podía tener en consideración para conseguir organizar mi propuesta y di con Vivaldi Tours, quienes organizan visitas a las distintas zonas de la ciudad y, además, ayudan de una manera incansable a preparar esas propuestas matrimoniales. Me decanté por confiar en ellos y la verdad es que, como vais a comprobar en los párrafos que siguen, las cosas salieron bien.
Lo que me imaginaba era espectacular: los dos paseando en una de las famosas góndolas de la ciudad, tomando un buen vino y con música de violín para amenizar la velada. Fue algo que se terminó convirtiendo en realidad y que, desde luego, sorprendió absolutamente a mi chica, que tardó poco en llorar de la emoción. Su respuesta fue positiva (menos mal, pensaba para mis adentros en cuanto pronunció el “sí, claro”) y en ese momento sentí que no podía haber hecho mejor las cosas. Esas imaginaciones espectaculares que pululaban sobre mi cabeza se habían convertido en realidades.
Ninguno de los dos paramos de hablar de ese momento, de ese trayecto en góndola, cuando volvimos a España y empezamos a dar la noticia a todos nuestros allegados. La verdad era que había sido tan bonito que teníamos la necesidad de contarlo, de que no solo se quedara entre nosotros dos. Y a todo el mundo le pareció una manera muy bonita de decir algo tan importante como que te quieres casar con una persona. No me arrepiento en absoluto de haber tenido esa idea y, a día de hoy, pienso que la repetiría una y mil veces más.
Todo el mundo ha valorado positivamente la idea que tuve y la verdad es que eso, unido a las lágrimas de emoción de mi chica, hace que sienta que no me equivoqué. Creo que el toque romántico es siempre muy importante en una relación y que, sin eso, aunque no se manifieste de manera continuada, una pareja pierde feeling. Hay que cultivar relaciones que sean de verdad, que nos permitan sentir que somos importantes para la otra persona y en la que encontremos ese respaldo y esa protección que muchas veces vamos a necesitar a lo largo de nuestra vida.
¿Y por qué Venecia?
Quizás sea una de las preguntas que os habéis haciendo a pesar de haber leído los párrafos anteriores. Creo que la respuesta a este interrogante la podéis encontrar si empiezo a enumerar la cantidad de lugares de los que podemos disfrutar cuando nos acercamos a una urbe tan especial como de la que estamos hablando a lo largo de estos párrafos. De esos lugares habla el enlace que os dejamos a continuación y que procede de la página web National Geographic.
- La Basílica de San Marcos es uno de los grandes estandartes de la ciudad puesto que fue abierta en el año 828.
- Esa basílica se encuentra en la Plaza de San Marcos, que es especialmente importante porque era el centro de los grandes acontecimientos de la ciudad en épocas pasadas y también, por qué no decirlo, en la actualidad.
- El Palacio Ducal es una de las obras de más enjundia de la ciudad porque fue sede del Ayuntamiento, sede de la corte de Justicia y prisión.
- El Puente de Rialto tiene su relevancia en el hecho de que, hasta el siglo XIX, era el único medio de cruzar el Gran Canal a pie.
- En el Ca D’oro se puede observar una asimetría en su fachada.
- En la librería Acqua Alta, hay muchos libros que sobreviven al paso de los años y de las generaciones.
La verdad es que hay muchas razones por las cuales podemos elegir Venecia como un destino idóneo ya no solo para pedir matrimonio, como fue mi caso, sino también para un viaje romántico al uso. Como decía más arriba, se trata de un lugar al que hay que rendir visita al menos una vez en la vida y no cabe la menor duda de que es una ciudad que va a permanecer en la retina durante el resto de nuestra vida. Y lo estaría también aunque no pudiéramos hacernos fotos. Ojalá que podáis hacerlo porque, de verdad, creo que no os vais a arrepentir en absoluto.
Una de las cosas que caracterizan el turismo en Venecia es que la ciudad tiene una capacidad muy grande para llamar la atención de todo tipo de turistas. Venecia puede ser una prioridad tanto para una persona que ya está jubilada como a un estudiante de primer curso de carrera. Y ese es parte del secreto que tiene la ciudad en materia turística. Y se va a seguir manteniendo esta manera de llamar la atención porque todo el mundo siente atracción por Venecia y sabe que es una apuesta segura para disfrutar de unos días que van a ser mucho más que especiales. ¿Quién no querría vivir este tipo de días?
Hay muchos sitios en los que una pedida de matrimonio puede ser espectacular y asemejarse a lo que tenemos en la cabeza. Pero creo que hay lugares que incluso están por encima de eso. Uno de ellos es Venecia, una ciudad romántica por definición. Espero haber podido transmitiros lo que esta ciudad significa para mí y también para mi mujer para que, en algún momento, podáis llegar a compartir nuestra manera de pensar. Y es que solo falta acudir un día a Venecia para darse cuenta de que estamos hablando de uno de los lugares señalados en rojo en un mapa del mundo, un lugar que tiene la capacidad para marcar una vida entera.