¿Qué echáis en falta en vuestra vida? Esta es una pregunta que seguro que daría lugar a un amplio debate entre personas de todo tipo. Muchos de vosotros diréis que lo que os hace falta es dinero, es lo que siempre se suele echar más de menos en esta vida. Pero hay gente que diría que le hace falta un amigo o familiar que vive lejos y al que no podemos ver todos los días… o que también diría que lo que le hace falta de manera urgente es tiempo. Es ese tiempo lo que muchas veces no se valora y que realmente es lo más parecido al oro que podemos tener.
Tened en cuenta cómo es la vida a día de hoy: nos despertamos pensando en que tenemos que acudir corriendo a trabajar. Después, tenemos que pasar ocho horas dando lo mejor de nosotros porque sabemos que, en caso de no ser así, la empresa para la que trabajamos puede contratar a otra persona en nuestro lugar. Y, una vez que hemos superado la jornada laboral y ya cargados con un esfuerzo físico y un cansancio bastante grandes, tenemos que enfrentarnos a la realidad de nuestra vida privada: cuidar de nuestra casa, estar pendiente de los peques, llevar el coche al taller…
¿Y qué hay de nuestro tiempo libre? Muchas veces, es algo que brilla por su ausencia durante la semana. Es el gran sacrificado para que podamos cumplir con todas las cosas que tenemos que hacer cada día. Y eso, como es evidente, no nos va a venir nada bien. Podemos aguantar un día o un par de días así, pero ese ritmo de vida no lo podemos soportar de una manera prolongada porque termina haciéndonos un daño tremendo a nuestro físico y a nuestra mente. Quien pretenda aguantar esa paliza va a estar sometido a muchos problemas. Y más pronto que tarde.
Vamos a hacer incidencia en los problemas psicológicos que están relacionados de una manera directa con situaciones como de las que estamos hablando. La ansiedad y el estrés son dos de los aspectos que han ido apareciendo paulatinamente en la sociedad como consecuencia de ese ritmo de vida al que hemos hecho referencia. Pasamos la vida pensando en todo lo que tenemos para hacer, pero no en vivir, en disfrutar de este regalo que es la vida. Y esto nos conduce a un círculo en el que todo son preocupaciones y en el que no hay espacio para nosotros y nosotras mismas.
También es muy posible que estemos en un estado de ansiedad que nos impida tomarnos las cosas con la calma que se requiere. Cuando estamos en un estado de ansiedad, necesitamos ayuda porque la situación en la que nos encontramos no es para nada idónea para nuestra vida. ¿Quién puede ser feliz cuando se encuentra en un estado así? Es que es perfectamente lógico que esté creciendo cada vez más la cantidad de personas que necesitan una baja médica para hacer frente a un caso como este.
Una noticia publicada en Xataka habla de que los españoles estamos cada vez más estresados, algo que creemos que es realmente cierto porque es algo que podemos ver mirando a nuestro alrededor. Y dice que el problema se acentúa porque no sabemos cómo solucionarlo. En este último punto, creemos que el artículo no da en el clavo porque sí que existen maneras de combatir situaciones como estas. Una de ellas tiene que ver con el hecho de viajar. Viajar es siempre una solución para ser felices porque nos abre las miras y porque nos permite hacer cosas diferentes y que nos haga olvidar la rutina.
Es verdad que no todos los sitios son idóneos para visitar cuando lo que queremos combatir es la rutina y el estrés o la ansiedad. Podemos pensar que ir a la playa en verano es una buena idea para ello, pero si el sitio al que acudimos está masificado, vamos a padecer todavía más problemas en relación a ese estrés y ansiedad porque vamos a tener que seguir corriendo para todo, para coger buen lugar en la playa o para encontrar una buena mesa para comer. Y ese no es precisamente el objetivo que debemos estar persiguiendo.
Lo mejor que podemos hacer en estas situaciones es acudir a un sitio en el que podamos tener conexión con la naturaleza, con la Historia y con lo rural. Es algo que nos va a venir de perlas para desconectar, para encontrar la tranquilidad que tanto estamos buscando y para poder olvidarnos de una manera eficaz de todo lo que nos preocupa y de todo aquello que, de una u otra manera, nos hace daño y nos impide hacer la vida que queremos. Es algo que también nos va a permitir encontrar ese tiempo al que hacíamos referencia más arriba y que tan importante es para que seamos felices.
A continuación, os exponemos una lista de lugares que, sin salir de España, pueden ser una opción idónea para conquistar esa tranquilidad y esa paz.
- Los pueblos del norte de la provincia de Guadalajara. Hablamos de una comarca que está compuesta por municipios muy pequeños y en los que prácticamente no se oye una mosca. Estuve allí hace una década y la verdad es que volví a la rutina como nuevo.
- Pueblos situados en pleno Sistema Central. Las sierras de Madrid, Segovia o Ávila son idóneas para descansar y que implican tener una conexión tremenda con la naturaleza. Estuve, por ejemplo, en El Arenal antes de la pandemia y la experiencia fue muy buena.
- La serranía de Albacete (lugares como Elche de la Sierra o Alcalá del Júcar) es un espacio que mucha gente está descubriendo. En mi caso, todavía no he podido ir, pero hay personas de mi entorno que ya han estado por allí y dicen que es un sitio de visita obligada.
- Salamanca es una opción que siempre es interesante porque implica tranquilidad y conexión con la Historia y la naturaleza. En nuestro caso, visitamos la zona hospedándonos en la Casa Imperial Salamanca y tenemos un buen recuerdo de aquel viaje que hicimos en 2019.
Una necesidad que lo es para todo el mundo
Releyendo lo que llevamos escrito, parece que nuestro texto va orientado a una clase muy concreta de persona, aquella de mediana edad que tiene trabajo y alguna responsabilidad familiar, pero lo cierto es que las maneras de las que estamos hablando para combatir la ansiedad o el estrés pueden ser idóneas para cualquier tipo de personas. Algunas veces olvidamos a los y las peques, pero ellos y ellas también necesitan desconectar de su rutina habitual porque también pueden encontrar motivos para estar estresados o estresadas. Y ojo: tampoco nos olvidemos de nuestras personas mayores, para las que cada día es igual y que, al menos de vez en cuando, también necesitan cambiar de aires para disfrutar de la vida, que para algo han trabajado y han cuidado de nosotros durante tantos años.
Desconectar haciendo un viaje es algo que necesitamos todos y todas. Y no nos tenemos que conformar con hacerlo una sola vez al año si tenemos la posibilidad económica de irnos más veces. Podemos usar nuestras vacaciones para organizar un viaje como de los que hemos hablado, pero también es interesante que aprovechemos algún puente o algún fin de semana para no tener que esperar a que el calendario dé la vuelta y lleguen nuestras vacaciones de verano de nuevo.
¡Ojo, y no somos el país más estresado!
Somos conscientes, como hemos venido diciendo, de la enorme cantidad de estrés y ansiedad que tienen las personas en España, pero es de justicia señalar que todavía no somos el país más estresado del mundo. Grecia, Turquía y Portugal son los países que sufren más estrés, así que imaginaos lo que tienen que necesitar ellos alguno de los consejos que hemos mencionado a lo largo de todos estos párrafos. De todas maneras, es mejor tener cuidado porque es bastante posible que, al ritmo que llevamos, España se cuele en ese podio más pronto que tarde. No serían ni mucho menos buenas noticias para nuestro país.
Hay que luchar contra todos los elementos que nos provocan esos estados de ansiedad o estrés de los que hemos venido hablando. La salud del ser humano está en juego y no cabe la menor duda de que el ritmo que tenemos en el día a día es una de las mayores amenazas que se ciernen sobre ella. Por lo menos, necesitamos desconectar al 100% cuando no estemos en nuestro puesto de trabajo.
Antes de cerrar este artículo, queremos daros un último consejo: cuidad de las personas que tenéis al lado. Hay mucha gente que sufre estrés o ansiedad pero que no lo sabe y, a veces, es más posible que esto sea más evidente desde fuera. Si detectáis alguno de los síntomas en uno de vuestros seres queridos, hacédselo saber para que pueda actuar en consecuencia. Esa puede ser la diferencia entre mantener ese mal estado de salud y ponerle remedio.